Por años traía la comezón de probar el cabello gris. Empecé a ver una ola enorme de chicos y chicas con el pelo gris en internet, cómo hace dos años y se me hacía súper cool y quería probarlo; pero algo me frenaba. Jamás le había hecho un cambio tan radical a mi cabello, no digamos radical, JAMÁS le había hecho nada a mi cabello que no fuera un corte. Mi cabello era totalmente virgen a cualquier tipo de tratamiento químico o coloración. Jamás me hice rayitos, ni mechas, ni luces, nada.
Así que si iba a hacer ésto, tenía que ponerme a investigar, además de consultar con mi estilista de confianza. Hice mi tarea: aprendí sobre todo el procedimiento, cómo afecta tu estructura capilar, leí testimonios y busqué tratamientos de cuidado post-químicos, reparación de daño y conservación del color. Pero aún no estaba segura al 100%. Habían muchos factores que me seguían deteniendo. Entre más información tenía, más dudas surgían. "¿Y si no queda bien con mi tono de piel?", "¿y si mi cabello se maltrata demasiado?", "¿y si se me quema el cuero cabelludo?". Saben a lo que me refiero, un montón de miedos. Incluso bajé un app que simulaba el color de tu pelo, y ni así me convencía por completo.
Poco después, el que no dudó en lo absoluto fue Jon, ¡y lo hizo! Él también quería pelo gris y un día sólo lo decidió y fue para la estética y lo hizo. O al menos, el intento. Resulta que durante su proceso, las cosas no salieron exactamente cómo estaban planeadas y Jon pasó de tener pelo negro a tener pelo rubio; I mean R-U-B-I-O, Slim Shady rubio. Por supuesto que las dudas resurgieron, pero Jon me dio una grandísima lección: es cabello y crece, además de que cómo él se manejaba, lo hacía ver cool. Lo que sería una tragedia para cualquiera, Jon lo aceptó y terminó pareciendo intencional. En fin, no le duró mucho, ya que una semana después tuvo una entrevista y regresó al negro. Así que con ese boost de confianza, por fin me decidí, saqué cita y al día siguiente ya estaba en la silla comenzando mi proceso.
Ahora bien, ¿qué es el proceso? Lo que es importante saber es que el cabello está compuesto por tres capas, para la gente que tenemos pelo de tono oscuro, es necesario decolorar el cabello, retirando dos de esas tres capas hasta llegar a un color casi blanco. Una vez teniendo una base clara, se puede agregar el color gris.
Cómo leí decenas de testimonios y acompañé a Jon cuando se pintó el cabello, iba con expectativas bien formadas sobre lo que iba a sentir en mi cabeza durante el procedimiento, sobre todo la decoloración. Casi todos tenían los mismos factores en común: ardor y comezón. Pero nada, cero comezón, cero ardor. Primero comienzan a decolorar de medios a puntas, después las raíces; y te envuelven la cabeza con papel aluminio para generar calor y acelerar el proceso (¿cuántas veces he escrito la palabra "proceso"?), ahí fue cuando pensé que seguro me iba a quemar la cabeza, pero no, nada. Ya decolorado mi cabello y luciendo cómo la mitad de la cabeza de Mónica Naranjo, me lavaron el cabello y comenzaron a aplicarme el tinte; mi estilista me dijo que podía llegar a sentir unos "piquetitos", y de nuevo, lo adivinaron, NADA. La única molestia fue estar sentada por unas buenas tres horas.
Salí de ahí con una melena gris y me sentía increíble. Me encantó el resultado, claro que me impactó porque fue un cambio grande, pero era todo lo que esperaba. Si tuve un problema después, ya que para mantener tu color por el mayor tiempo posible, tienes que usar un shampoo especial, y mi estilista me dio uno para rubios platinados y no para pelo gris, lo cuál me hizo ver más rubia que gris después de un tiempo. Dependía mucho también de la luz, a veces se me llegaba a ver un tono tipo oro rosa muy lindo, supongo que fue un accidente feliz.
Estuve unos siete meses con el cabello gris en transición a rubio. Hasta que hace un mes regresé con mi estilista para volver al color negro. Sentí que era tiempo. ¿Lo volvería a hacer?, ¡tal vez! Creo que lo que más saqué de la experiencia, aparte de varias miradas de asombro, es saber que puedo jugar un poco con mi apariencia y darme valor para probar cosas nuevas.
Así que si iba a hacer ésto, tenía que ponerme a investigar, además de consultar con mi estilista de confianza. Hice mi tarea: aprendí sobre todo el procedimiento, cómo afecta tu estructura capilar, leí testimonios y busqué tratamientos de cuidado post-químicos, reparación de daño y conservación del color. Pero aún no estaba segura al 100%. Habían muchos factores que me seguían deteniendo. Entre más información tenía, más dudas surgían. "¿Y si no queda bien con mi tono de piel?", "¿y si mi cabello se maltrata demasiado?", "¿y si se me quema el cuero cabelludo?". Saben a lo que me refiero, un montón de miedos. Incluso bajé un app que simulaba el color de tu pelo, y ni así me convencía por completo.
Poco después, el que no dudó en lo absoluto fue Jon, ¡y lo hizo! Él también quería pelo gris y un día sólo lo decidió y fue para la estética y lo hizo. O al menos, el intento. Resulta que durante su proceso, las cosas no salieron exactamente cómo estaban planeadas y Jon pasó de tener pelo negro a tener pelo rubio; I mean R-U-B-I-O, Slim Shady rubio. Por supuesto que las dudas resurgieron, pero Jon me dio una grandísima lección: es cabello y crece, además de que cómo él se manejaba, lo hacía ver cool. Lo que sería una tragedia para cualquiera, Jon lo aceptó y terminó pareciendo intencional. En fin, no le duró mucho, ya que una semana después tuvo una entrevista y regresó al negro. Así que con ese boost de confianza, por fin me decidí, saqué cita y al día siguiente ya estaba en la silla comenzando mi proceso.
Ahora bien, ¿qué es el proceso? Lo que es importante saber es que el cabello está compuesto por tres capas, para la gente que tenemos pelo de tono oscuro, es necesario decolorar el cabello, retirando dos de esas tres capas hasta llegar a un color casi blanco. Una vez teniendo una base clara, se puede agregar el color gris.
Cómo leí decenas de testimonios y acompañé a Jon cuando se pintó el cabello, iba con expectativas bien formadas sobre lo que iba a sentir en mi cabeza durante el procedimiento, sobre todo la decoloración. Casi todos tenían los mismos factores en común: ardor y comezón. Pero nada, cero comezón, cero ardor. Primero comienzan a decolorar de medios a puntas, después las raíces; y te envuelven la cabeza con papel aluminio para generar calor y acelerar el proceso (¿cuántas veces he escrito la palabra "proceso"?), ahí fue cuando pensé que seguro me iba a quemar la cabeza, pero no, nada. Ya decolorado mi cabello y luciendo cómo la mitad de la cabeza de Mónica Naranjo, me lavaron el cabello y comenzaron a aplicarme el tinte; mi estilista me dijo que podía llegar a sentir unos "piquetitos", y de nuevo, lo adivinaron, NADA. La única molestia fue estar sentada por unas buenas tres horas.
Salí de ahí con una melena gris y me sentía increíble. Me encantó el resultado, claro que me impactó porque fue un cambio grande, pero era todo lo que esperaba. Si tuve un problema después, ya que para mantener tu color por el mayor tiempo posible, tienes que usar un shampoo especial, y mi estilista me dio uno para rubios platinados y no para pelo gris, lo cuál me hizo ver más rubia que gris después de un tiempo. Dependía mucho también de la luz, a veces se me llegaba a ver un tono tipo oro rosa muy lindo, supongo que fue un accidente feliz.
Estuve unos siete meses con el cabello gris en transición a rubio. Hasta que hace un mes regresé con mi estilista para volver al color negro. Sentí que era tiempo. ¿Lo volvería a hacer?, ¡tal vez! Creo que lo que más saqué de la experiencia, aparte de varias miradas de asombro, es saber que puedo jugar un poco con mi apariencia y darme valor para probar cosas nuevas.
Si también están pensando en aventurarse con un cambio de look, específicamente hablando del pelo gris, les comparto algunos tips y cosas que me hubiera gustado saber antes de pintarme el cabello:
- No te laves el cabello un día antes de pintártelo, el cuero cabelludo produce aceites naturales que lo protegen durante la decoloración.
- Aplica un tratamiento en ampolleta DURANTE el proceso de coloración para protección extra a tu cabello. Pídelo a tu estilista.
- Asegúrate de que el shampoo que uses sea el adecuado para tu nuevo color.
- Lava tu cabello unas tres veces por semana para retrasar el desgaste del color y tu cabello.
- Con el punto pasado en mente, planea tus compromisos sociales de acuerdo a tus días de lavado.
- Siempre usa protección térmica para planchar tu cabello, pero muy en especial cuando tengas el cabello teñido.
- Cuando se moje tu cabello, tendrá textura cómo de fideos de arroz, flexible y raro, MUY raro. Ten cuidado al cepillarlo.
- La textura de tu cabello cuando esté seco, al principio también será raro. Se sentirá casi cómo paja o cabello de muñeca. No te espantes, pasó por un cambio extremo en su estructura, dale tiempo.
- Una vez a la semana, aplica el shampoo especial para tu color en seco y déjalo actuar por una hora. Cuando te bañes, enjuágalo normalmente. Te va a ayudar a revitalizar el color.
Espero les sirva de ayuda, por sí se encuentran indecisos cómo yo lo estaba. Y más importante, espero se atrevan, ya sea que el resultado es lo que esperan o no, el chiste es ser valientes y lanzarse. Una vez que abrazas cambios así en tu vida, cosas que antes te asustaban, de pronto no parecerán tan terroríficas.